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Del estrés

12 Jul

Hoy gracias a @madrescabreadas y a @djugodavila, me he enterado de la noticia de que la madres españolas vivimos estresadas, y no se queda ahí la cosa sino que somos las más estresadas de la UE, según este estudio afirman esta situación dos de cada tres mujeres, no está mal, pero creo que poco se va a hacer al respecto.

Ya sabemos todos como andamos respecto al tema de conciliación, creo que en esta cuestión nos venden lo que en realidad es una pura falacia, y ya no solo por la jornada laboral, que es un tema que me gustaría abordar por sí solo, si no por todo lo que nos rodea.

La idea que nos venden de mujer, de madre, de trabajadora, está tan idealizada que creo que produce un gran grado de frustración. Nos venden mujeres perfectas que practican yoga, trabajan, comen de manera saludable, atienden a la familia a la perfección, salen con los amigos, limpian la casa, hacen la compra, ayudan con los deberes y así podría estar hasta aburrirme.

Pero eso no es real, el día a día, por lo menos el mío, lo tengo que tener prácticamente cuadriculado, sobre todo en época escolar, y rezando para que no me surja ningún imprevisto, cosa por otro lado bastante difícil con tres niños, voy contando los minutos. Y yo, o lo hago así, o de verdad que no puedo, no doy a basto, necesito y creo que ellos también, cierta sensación de control. Y encima resulta que mi familia no es perfecta, no brillamos cuando tomamos un yogurt líquido y mis hijos no van de blanco inmaculado corriendo y riendo alegremente por un prado, resulta que tengo ojeras, no tengo tiempo de ir a hacer la compra todos los días, mis hijos, a veces, no me hacen caso, o se entretienen con una mosca, o deciden ir al baño justo cuando tenemos que salir de casa, o deciden discutir sobre de quién es el muñeco de turno.

Otro factor que creo que hay que tener en cuenta, es que de momento, muchas mujeres son las responsables, trabajen o no de lo que sucede dentro de casa, en esto parece que nos hemos topado con un bache que nos está costando pasar. Así que no solo tiene que trabajar, sino que cuando llega a casa, ya no es que tenga cosas que hacer, es que es responsable de hacerlas, que es diferente, por que aunque no lo parezca, el apoyo en las cuestiones de casa de una pareja colaboradora es fundamental, las cosas hay que hacerlas, pero tienes una persona para compartirlas, que se preocupa contigo y que se desenvuelve en tu mismo mundo, toma decisiones y comprende la situación, al final se convierte en compañero de estrés.

Y luego, por supuesto viene el tema económico, porque muchas mujeres, que tienen y quieren la opción de pedir una reducción de jornada, no pueden hacerlo por problemas económicos, lo que además puede añadir un problema emocional, por esa sensación que se tiene de no estar atendiendo a sus hijos todo lo que les gustaría, así que se acaban sintiendo culpables.

No hay que olvidar, que además el estrés, puede llegar a afectarnos físicamente, que es algo que cada vez ocurre con más frecuencia, por algún sitio tiene que salir.

Desde luego creo que estas estadísticas demuestran un problema de fondo en cuestiones de conciliación, me entristece pensar, que hoy va a ser una noticia comentada, un par de días a lo mejor, pero que al final no pasa nada, desde el poder nadie va a hacer nada. Ojala me equivoque.

El tiempo

5 Jul

Tener hijos cambia la vida, de repente hay una persona que depende de ti así que tu vida empieza a girar a su alrededor, dejas de poder hacer cosas que antes hacías, no puedes irte por ahí cada vez que te apetece, ni a la hora que te apetezca, de hecho hay cosas que dejas de echar de menos, que no necesitas.

Creo que en eso todos estaremos de acuerdo, sin embargo también creo que disponer de algo de tiempo para ti no está nada mal. No cambiamos de repente, no dejamos de ser hombres y mujeres, de tener amigos, de gustarnos una buena charla de adultos, de necesitar leer un libro, o un fin de semana a solas con tu pareja.

Está claro que varia mucho la disposición del tiempo libre, que tener hijos conlleva muchos sacrificios, y hay que estar dispuesto a hacerlos, pero no pueden impedir que sigamos desarrollándonos en los demás aspectos de nuestra vida, nosotros también seguimos creciendo y aprendiendo y no podemos quedarnos en casa encerrados todo el tiempo, o rodearnos siempre con las otras mamás del parque, que al final se convierten en amigas.

Siempre se puede sacar algo de tiempo, dejando a los niños una tarde con la pareja o con los abuelos.

Es difícil poder compaginarlo todo, pero vale la pena solo por sentir que todavía estas en el mundo, que no solo puedes hablar de bebés, de pañales o del cole.

Está bien sentir que no sólo eres madre, que también, si no que no has dejado de ser todo lo que eras antes, además lo ves todo desde un punto de vista diferente, no sé si más maduro, más relajado o más distante, pero diferente.

Porque ser madre es una experiencia maravillosa, es algo que te cambia la vida, y desde luego es la faceta más importante, a la que más tiempo, energías y esfuerzo dedicamos, o por lo menos debería ser así. Pero no es lo único que somos.

Historia de una cesárea

19 Jun

Esta semana, hablando con @mamatambiensabe y con @anamamanovata he recordado como fue mi experiencia con una cesárea de urgencia, supongo y espero que los protocolos hayan cambiado desde entonces, de esto hace siete años, y mis otros hijos han sido partos naturales.

Pero más que de mi propia experiencia, o de lo que me pasó exactamente, quiero hablar de sentimientos. No se está psicologicamente preparado  para eso, nos preparamos para parir, vamos a clases dónde nos enseñan a respirar, y aunque sabes que esa opción existe, yo por lo menos no me lo planteaba como una opción real ¿por qué me iban a tener que hacer una cesárea? Pero de repente la cosa se tuerce y no curre nada de lo que habías soñado e imaginado.

En mi caso, en concreto, fue anestesia general, por lo que de la cesárea, en si, no recuerdo nada, pero si recuerdo haberme despertado en una sala de post-operaciones, con otras mujeres a mi alrededor, no saber nada de mi hijo ni mi familia, y una enorme tristeza, recuerdo llorar, recuerdo sentirme sola y no tenía a nadie que me tranquilizara.

En estos casos te sientes triste, «abandonada», necesitas ver a tu bebé, tenerle cerca, necesitas el consuelo de tu familia, de tu marido, pero, por lo menos entonces no era así.

Estas sola ante una sensación de vacío, preguntándote que ha salido mal, si se podría haber evitado, porque te ha pasado a ti.

Y cuando ya por fin estáis juntos y te vas a casa, aún así, se te queda una espinita clavada por que, según tus planes, todo ha salido mal.

Pero desde aquí quiero decir que esa cesárea salvó la vida de mi hijo, que gracias a estos avances, si ocurre cualquier cosa en el parto, no pasa nada,  y madre e hijo se salvan, y que aunque se pase mal, solo tienes que mirarle la carita para saber que vale la pena eso y más.

También quiero animar a aquellas que tengan una cesárea, que no se preocupen, que, si ha sido por un problema puntual, no tiene por que repetirse, cosa que al principio yo no me creía mucho, pues es verdad, eso ocurrió con el primero, y dos años después  tuve un parto natural estupendo.

Si fuera por nosotras tendríamos partos naturales maravillosos, no se nos olvidaría respirar, y tendríamos a nuestros seres queridos al lado para apoyarnos, pero a veces no puede ser, y es en esos casos cuando necesitamos a un buenos profesionales de la medicina para que no pase nada malo, que al fin al cabo, salvan vidas.

Los ejemplos arrastran

14 Jun

Hoy quiero hablaros sobre la vida de nuestros hijos, sobre todo cuando empiezan a ir cole, desde ese momento su vida se convierte en una competición, quieren ser los mejores, caer bien, sacar las mejores notas, ser el más divertido de los recreos, etc. Pero la cosa no acaba ahí, por la tarde, en el parque, sigue la lucha, convencer a los demás de que jueguen a lo que ellos quieren, el juguete que ha traído otro niño, que por supuesto es súper chulo y lo queremos, ver quien salta desde más alto…

Me parece una vida muy estresante, pero hay que reconocer que todos lo hemos hecho, forma parte del desarrollo de su personalidad, se están buscando así mismos, creándose una identidad y es una tarea ardua y difícil, y aunque todos hagan las mismas cosas, o muy parecidas, a medida que crecen van saliendo las diferencias individuales, los hay más pasotas, más cabezotas, más tranquilos, más nerviosos…

Pero llegados a este punto creo que nuestra tarea como padres es ofrecerles un entorno dónde se puedan relajar todo lo posible, y no me refiero a comprarle el juguetito de turno para que no proteste, si no enseñarles a no ser pequeños tiranos, egoístas, nuestra tarea es en enseñarles a compartir, el respeto por los demás, que no son más ni, por supuesto, menos que nadie.

La competencia está bien, pero creo que tampoco tenemos que fomentarla, no es nuestra lucha, ni tenemos que formar parte de ella. He llegado a ver a madres más preocupadas por las notas de los demás que por las de sus propios hijos. ¿Es eso lo queremos  que perciban? Parece que además de lo que ya ellos se presionan, nosotros vamos a estar comparándole, lo que les hace más cruda la lucha. A veces tengo la sensación de que algunos no quieren niños normales, quieren niños perfectos, bien pues siento decir que eso no es posible, creo que se consigue un ambiente más sano, más agradable si asumimos como son, si nos molestamos en escucharles, si con nosotros no tienen que competir e intentamos, en la medida de nuestras posibilidades, que empiecen a sentirse seguros de sí mismos.

Tampoco podemos olvidar que, de momento, somos su ejemplo, somos el espejo en que se miran, si sus padres demuestran su amor, aprenderán a amar, si sus padres comparten, aprenderán a compartir y si reconocemos nuestros errores y pedimos perdón por lo que hagamos mal, a ellos les costará menos reconocer los suyos, todos nos equivocamos, y deben saber que no pasa nada por asumir nuestro error. Nuestra manera de comportarnos es fundamental, es nuestra responsabilidad y tenemos que tener claro qué es lo que queremos transmitirles y llevarlo a cabo, lo que no es nada fácil, y más de una vez tendremos que contener nuestros impulsos, pero sabiendo que es por una causa mayor que nosotros mismos.  Como diría mi padre (aunque no sé de quién será) las palabras conmueven pero los ejemplos arrastran.

Los tiempos cambian

12 Jun

Hoy, esta mañana, hablando con un amigo, nos hemos planteado como ha cambiado todo desde que eramos pequeños, antes, por regla general, las madres estaban en casa, con nosotros, la tele estaba preparada con programas dedicados a los niños a la hora de merendar, la mayoría de cumples eran con amigos, en casa, metiendo pajitas en coca-cola, teníamos menos juguetes y en el verano no había mucho problema, por que mamá se quedaba con nosotros.

Pero todo ha cambiado, las madres, ahora, salimos a trabajar con horarios mejores o peores, pero no nos dedicamos al hogar en exclusiva, la tele no nos espera, si hay suerte no echan un capítulo repetido de cualquier serie de dibujos de segunda, los cumples son parques infantiles o de bolas, les sobran los juguetes y el verano se complica, hay que tirar de campamentos, familiares, cursos, canguros…

Pero dónde me pierdo es en, que está claro que todo ha cambiado, nadie se atrevería a decir lo contrario, entonces ¿Por qué en materia del cuidado de los niños no se han producido avances? Me aclaro. Si todo el mundo sabe que las mujeres ya no estamos en casa, que salimos a trabajar y que por supuesto no tenemos dos meses de vacaciones ¿Qué tenemos que hacer?

Los campamentos ofertados por el ayuntamiento o la comunidad son, claramente, insuficientes, y si con mucha suerte consigues plaza, lo mismo te tienes que cruzar media ciudad para dejarlo.

Los campamentos privados, que son la mayoría, suponen un coste a las familias elevadísimo, que muchas no pueden soportar, lo mismo pasa con los cursos, de inglés, natación, refuerzo escolar… o con contratar a alguien para esa temporada.

Y la otra opción supone una molestia para terceros, que no digo que los abuelos, tíos o quién sea no se queden con los niños encantados, pero supone un comecocos por el que tienes la sensación de estar interrumpiendo sus rutinas, de estar abusando de ellos, de que dependan de ti para moverse.

Creo que debería hacerse una política social real, para la vida real y para problemas y coyunturas reales, sin embargo esas políticas son inexistentes, aunque por otro lado, pensándolo un poco, en conciliación estamos como estamos, mal, nos queda mucho por andar y eso sin contar el problema del verano,hasta que llegue a este punto nos queda un rato. Años.

¿Dónde están las ayudas?

7 Jun

Vivimos en un país en el que, siendo realistas, no se ayuda lo suficiente a las familias, ni en conciliación, ni en permisos por maternidad o paternidad, ni en educación.

Ya me parecían ridículas las 16 semanas de baja, los 100 euros de madre trabajadora para hijos menores de tres años, o las becas para libros o comedor, que además son complicadísimas de conseguir.

Hoy me voy a centrar en las ayudas económicas ya que la crisis solo ha venido a empeorar esta situación.

A partir de enero se dejó de dar la ayuda de 2.500 euros por nacimiento, ahora, en Madrid las becas para libros y material escolar se han suprimido en los tres cursos de infantil, para primaria han reducido su cuantía y para secundaria se ha congelado, al igual que las becas de comedor. Y en la Generalitat de Catalunya se ha eliminado la ayuda universal a familias con hijos de0 a3 años, además de la prestación a familias numerosas y monoparentales.

Me gustaría aclarar que no soy de las que piensa que le Estado nos tenga que pagar las cosas, pero la situación actual me parece preocupante, muchos padres y madres, debido a esta crisis han perdido el puesto de trabajo y los que todavía tenemos trabajo hemos perdido poder adquisitivo, todo es más caro, por lo que cada vez es más complicado llegar a fin de mes.

Quizás estas ayudas sean más necesarias que nunca.

A las becas, ni siquiera las considero una ayuda a las familias, ya que la mayoría de las familias no las reciben, para que te otorguen una beca hay que cumplir unos requisitos mínimos que, gracias a Dios, la mayoría de las familias supera, lo que no quiere decir que no las necesiten o que les sea fácil pagar todos los gastos que acarrea la compra de libros o el comedor.

Y ya no solo por las cuestiones antes mencionadas, sino porque los niños son el futuro, son los trabajadores del mañana, habría que fomentar la natalidad, la educación, la familia por que es una inversión en el futuro del país.

Hace poco en una tertulia radiofónica escuche que dentro de treinta o cuarenta años no habrá mano de obra suficiente en España, lo primero que pensé es que no me extraña nada. Si ya es díficil criar a los hijos, la verdad es que el entorno no ayuda nada, tener hijos es casi un lujo.

Personalmente conozco muchas mujeres a las que les gustaría tener hijos, pero les supone tal complicación que prefieren ir retrasando ese momento, debido a la inestabilidad laboral y la falta de ayudas enfocadas en este sentido.

Espero que los diferentes gobiernos que vengan recapaciten sobre esta situación y hagan algo.

Me gustaría conocer vuestra opinión y saber como está el tema en vuestras comunidades.

Gracias.

Educación por puntos

5 Jun

Desde hace unos años se ha venido popularizando, gracias a un programa de televisión, una forma de educación basándose en un programa de puntos en el que se establecen las conductas deseadas para cada día y a medida que el niño las cumple se le van colocando pegatinas, cruces o lo que sea,  y si consigue todas se le otorgará una recompensa ya sea material o llevarle a algún sitio especial o algo con que los padres puedan chantajear a la criatura.

Este método se nos presenta como la panacea de la educación, quién haya visto alguna vez el programa verá que todo se arregla con el mismo método, y que al cabo de un tiempo, días, el niño se convierte en un pequeño autómata cuyo objetivo es conseguir todos los puntos para lograr una recompensa al final del día o la semana.

Los niños no nacen con las normas grabadas y no podemos pretender que sean perfectos, es un esfuerzo constante, diario y a través de los años.

En mi opinión y experiencia la educación se imparte desde el principio, a medida que crecen las normas van cambiando, se van haciendo más complejas, van adquiriendo responsabilidades, cada vez más, a medida que crecen, conforme a su edad y su capacidad para interiorizarlas.

Pero sobre todo hay que conocer a nuestros hijos, ponernos en su lugar, cuando hay algún problema evaluar por qué se produce y qué se puede hacer para arreglarlo, hay que tener una comunicación constante con ellos, intentar comprenderlos y nunca pensar que lo que les puede pasar o preocupar es una tontería.

Yo, personalmente, no creo en un método que vale para todo y todos, que convierte a padres en tiranos y en niños en egoístas que van a cumplir con las normas siempre y cuando haya un premio al final.

Por contra pienso que esta forma de actuación si podría ser útil para problemas concretos, niños concretos y conductas concretas.

Pero es solo mi opinión.

¿Habeis usado alguna vez este método? ¿Qué opinais de él?

¡Qué suerte tienes!

2 Jun

Tengo mucha suerte, si, pero no por lo que la gente me dice.

Tengo un marido responsable, cuidadoso y consciente del proyecto de vida que ambos hemos creado. Él al igual que yo, pone lavadoras, cocina, baña niños, lee cuentos, juega y hace todo lo que acarrea tener una familia, un hogar.

Por eso tengo que escuchar constantemente la suerte que tengo, cuanto me ayuda, o que me tiene en palmitas, esto en palabras de mujeres jóvenes, modernas y trabajadoras.

Entiendo y me entristece que por desgracia es algo que todavía no está generalizado, que muchos hombres no se comportan así en su casa, pero, si cuando lo hacen, las frases que decimos son como esas no ayudamos a nuestra propia causa. Para cambiar las cosas, primero hay que hacer un cambio profundo en la manera de expresar esas cosas, que los hombres se comporten con responsabilidad debería ser lo normal, y así deberíamos hacerlo notar, en todo caso se debería llevar comentarios negativos aquel que no lo hace. No debería estar bien visto un hombre que no hace nada en su casa, o con sus hijos, y que de repente se levanta para cenar como si su cocina fuera mágica y la cena se hiciera sola y el plato solito se metiera en el lavavajillas, eso es lo que debería ser tan extraordinario como negativo.

A nadie se le ocurriría decirle a mi marido la suerte que tiene de tener una mujer que cuando llega de trabajar no se tira en el sofá a ver culebrones, entonces me pregunto ¿Por qué a mí si?

En lo que sí les doy la razón es en que tengo suerte, pero por que nos queremos, por que nos comunicamos con una mirada, por que cuidamos de nuestra relación, por que estamos unidos, embarcados en la misma aventura, la aventura más gratificante y difícil de nuestra vida, dar forma a una familia