Hoy gracias a @madrescabreadas y a @djugodavila, me he enterado de la noticia de que la madres españolas vivimos estresadas, y no se queda ahí la cosa sino que somos las más estresadas de la UE, según este estudio afirman esta situación dos de cada tres mujeres, no está mal, pero creo que poco se va a hacer al respecto.
Ya sabemos todos como andamos respecto al tema de conciliación, creo que en esta cuestión nos venden lo que en realidad es una pura falacia, y ya no solo por la jornada laboral, que es un tema que me gustaría abordar por sí solo, si no por todo lo que nos rodea.
La idea que nos venden de mujer, de madre, de trabajadora, está tan idealizada que creo que produce un gran grado de frustración. Nos venden mujeres perfectas que practican yoga, trabajan, comen de manera saludable, atienden a la familia a la perfección, salen con los amigos, limpian la casa, hacen la compra, ayudan con los deberes y así podría estar hasta aburrirme.
Pero eso no es real, el día a día, por lo menos el mío, lo tengo que tener prácticamente cuadriculado, sobre todo en época escolar, y rezando para que no me surja ningún imprevisto, cosa por otro lado bastante difícil con tres niños, voy contando los minutos. Y yo, o lo hago así, o de verdad que no puedo, no doy a basto, necesito y creo que ellos también, cierta sensación de control. Y encima resulta que mi familia no es perfecta, no brillamos cuando tomamos un yogurt líquido y mis hijos no van de blanco inmaculado corriendo y riendo alegremente por un prado, resulta que tengo ojeras, no tengo tiempo de ir a hacer la compra todos los días, mis hijos, a veces, no me hacen caso, o se entretienen con una mosca, o deciden ir al baño justo cuando tenemos que salir de casa, o deciden discutir sobre de quién es el muñeco de turno.
Otro factor que creo que hay que tener en cuenta, es que de momento, muchas mujeres son las responsables, trabajen o no de lo que sucede dentro de casa, en esto parece que nos hemos topado con un bache que nos está costando pasar. Así que no solo tiene que trabajar, sino que cuando llega a casa, ya no es que tenga cosas que hacer, es que es responsable de hacerlas, que es diferente, por que aunque no lo parezca, el apoyo en las cuestiones de casa de una pareja colaboradora es fundamental, las cosas hay que hacerlas, pero tienes una persona para compartirlas, que se preocupa contigo y que se desenvuelve en tu mismo mundo, toma decisiones y comprende la situación, al final se convierte en compañero de estrés.
Y luego, por supuesto viene el tema económico, porque muchas mujeres, que tienen y quieren la opción de pedir una reducción de jornada, no pueden hacerlo por problemas económicos, lo que además puede añadir un problema emocional, por esa sensación que se tiene de no estar atendiendo a sus hijos todo lo que les gustaría, así que se acaban sintiendo culpables.
No hay que olvidar, que además el estrés, puede llegar a afectarnos físicamente, que es algo que cada vez ocurre con más frecuencia, por algún sitio tiene que salir.
Desde luego creo que estas estadísticas demuestran un problema de fondo en cuestiones de conciliación, me entristece pensar, que hoy va a ser una noticia comentada, un par de días a lo mejor, pero que al final no pasa nada, desde el poder nadie va a hacer nada. Ojala me equivoque.